domingo, 27 de mayo de 2007

Yo he escrito muchas cosas rídiculas

Y vivido otras tantas (o más). Pero esta vez es como mucho.
La cosa es así. Es domingo a al noche, estoy sola en casa, llamé al delivery y como siempre la señora que atiende el fono decidió por mí (tiene buena onda, por eso le hago caso, aunque no tenía ganas de comer pollo) y seguí colgada a la red mientras espero la cena porque bueno, básicamente, estoy charlando con el chico bonito de la otra noche. Si, ése del que no conté. El que me crucé en La Mulata y en el recital del Flaco (uy! tampoco conté lo bueno, brillante, íntimo y abrumador que estuvo el Flaco... un placer inmenso). Y todo bien, más que bien. Pero, siempre hay un pero y sino lo hubiera no estaría escribiendo esto, resulta que el susodicho (no el chico bonito, el otro) apareció on line.
Apareció y yo me puse un cartel de AUSENTE, grande como una casa... y ahora me siento mal.
Pero es rídiculo. No puedo sentirme mal por engañar virtualmente a mi amante platónico!!!. Viejo, estamos grandes... Amante platónico no es amante (y si no es amante no puede ser amor, obviamente). ¿Por qué me cuesta tanto entenderlo? ¿porque si fuera al revés y él se pusiera ausente cuando me conecto lo odiaría?. Eso es cierto, pero no deja de ser una pendejada.
No sé, pero me siento un poco extraña. El chico bonito es muy bonito (y es alto y tiene linda voz). Escribe, me gusta lo que escribe, escuchamos cosas parecidas. Vamos a los mismos bares, tenemos cosas parecidas dentro de los respectivos morrales. No le va el platonismo. Y a mí tampoco.
Sin embargo está "él" de por medio. Y juro que no tengo ganas de que él este ahí. Pero está. De hecho la que está ausente soy yo. Aunque mi ausencia es por un rato. En cambio él, aunque quisiera (cosa que dudo), no podría estar de otro modo.
Supongo que lo mejor es cambiar el ausente por no disponible. Sobre todo porque llegó la comida...

1 comentario:

GaMe dijo...

PUES...
QUE NO SE ENFRIE ENTONCES!
BESOS.