domingo, 29 de abril de 2007

A veces una cree que puede zafar.
Entonces agarra el manual, página 24 por ejemplo, y sigue la receta. A esta altura ya hay recetas, eso es lo bueno de haber vivido unos cuantos años.
Y todo está bien. Hice bien en obviar una cena casi académica para ir a otra, al fin y al cabo, era el cumple de una amiga. Y también hice bien en no fumar y en no tomar demasiado, porque una cosa es acostarse tarde y dormir toda la mañana siguiente y otra es desperdiciar todo el día siguiente porque la resaca no te deja pensar. Además ya no le veo la gracia al desborde, aunque esté en la receta.
También estuvo bien seguir, salir, ver gente. Bailar un poco. Y otro poco también. Y aunque no me gusten especialmente los postres, el postre estuvo bueno, caramelo. Y, además, estaba en la receta.
Ya al otro día, nada de que arrepentirse. Una ducha larga, un hola cuerpo! agradable (porque a él también le gusta bailar), unos mates, ponerse a estudiar, no prender la compu para no distraerse. La música bajita y salida de la radio, para no ponerse a cantar. Reconciliarse con la casa y con la soledad. Y todo bien.
Pero eso fue ayer. Hoy ya prendí la compu y acá estoy. La música está fuerte, suena un Sumo "after". No tengo ganas de leer, la casa está díscola, la soledad me está pesando y creo que dejé el manual en la oficina...

miércoles, 25 de abril de 2007

Mano alzada

Son sólo los zapatos, no es la cama.
Al menos de eso creo estar segura;
cuando el tiempo pasa
y nada pasa
que permita poner fin a esta locura.
A este no tener palabras para narralo.
A este no narrarlo, por no tener palabras.

Tierra de nuevo,
tierra al fin,
tierra no santa.
Tierra que no impide desprender del suelo.
De ese suelo que lleva, irreprochablemente,
y adolescente casi, casi siempre al cielo.

Todo es ficción.
Ficciones,
y atropellos
a una fría realidad de encrucijadas,
cuándo todo pasa y sólo esto, permanece aquí.
Esas miradas.
Sus miradas azules al espejo,
tu mirada gentil hecha mañanas.

Cómo se puede eludir tanta tristeza?
tanta crueldad hecha lluvia sobre chapas?
tanta insensatez,
tanto suicidio,
tanto dolor hecho carne arrebatada?
No lo sé, y no entiendo esta dulzura
este no saber, no saber nada
más que, en verdad, son sólo los zapatos
más que este no querer escapar de tus llamadas.

Es inútil sentirse tan inútil,
tan inútil como la esperanza
en que todo va a estar bien, tarde o temprano,
en que toda noche termina en madrugadas
insolentes e insomes,
pendencieras,
con placeres de tabaco y caña amarga.

Madrugadas de pueblo despertando
para abrir las fábricas cerradas,
las persianas vencidas por el tiempo,
por la inmediatez,
por la ignorancia.
Madrugadas con tu cuerpo al descubierto.
Madrugadas libres y tempranas,
que obligan al sol a levantarse
desplazando frustraciones y resacas.

Parece que el suburbio en estas noches
se incorpora de a poco en las palabras
y ya no es sólo paredes,
o la luna
en alguna alcantarilla desangrada.
Ya no es triste la lluvia,
y el silencio
no golpea la puerta con nostalgias.

Ya sabemos: la sed es verdadera.
Y no hay final feliz si no hay batallas,
sin cuchillo entre los dientes,
sin derrotas,
sin sentir que las fuerzas se agigantan
con cada sonrisa, cada beso,
con el sentirme a salvo de los miedos
con mis manos en las tuyas, resguardadas.

No me dejes caer, tan sólo eso.

Eso que no es poco a estas alturas
cuando se conjugan finales,
otros tiempos,
silencios mal paridos,
soles de invierno,
emblemáticos colores de esos cielos.
Que no son mi cielo, claramente.
No, él que construí en sueños.
Con mis días y mis noches, suavemente,
con mis pequeños soles hechos fuego,
con mi luna plateada en el espejo.

No me dejes caer, tan sólo eso.

Tan sólo así, ¡tan sólo eso!
.
He de arrastrar mis pesares y algún día,
y de a poco, atreverme a la alegria.
Esa alegría.
Tan buscada, siempre.
Y siempre tan temida.

lunes, 23 de abril de 2007

Uno de cada: J.

Durante años todo comentario del tipo "... estabamos fumando y entonces...." devenía en un reclamo de J. "Dale, boludos, pasenme uno... así pruebo". J. era más conservador de lo que es ahora ¡y eso es mucho! y además no da para propagar vicios, así que fue ignorado durante mucho, mucho tiempo.
Pero, finalmente (y no hace tanto), era la noche.
Una cena horrible. Caigo con ese flaco que me volvia loca y al que no podía pescarle la onda (¿habré podido alguna vez?). G. se había dejado convencer por J., entonces, no había alcohol y, la verdad, no sabíamos de que hablar.
Entonces pintó un 25. G. cortó una mitad y quedó la otra. Yo, medio en serio y medio en chiste, dije algo tipo "J. es para vos, regalo de cumple adelantado". Y J.: "Gracias .... ¿marroc?, me encanta el marroc", "Claro", insisto, "no te voy a regalar algo que no te guste". El flaco en cuestión hace algún comentario preventivo "mucho marroc de golpe, si no estás acostumbrado, puede pegar mal, fijate como lo usás", pero J: "no, yo tengo un hígado de fierro".... y se mete el ladrillito en la boca....!!!

Todos pensamos que era chiste. Menos J.

Todavía ahora, en la parte en que nos reímos de todo, se puede escuchar un "te acordás boludo cuando te quisiste comer el faso?. Todavía ahora J. dice: "boludo... pensé que era marroc".

domingo, 22 de abril de 2007

Nada de evadir (mucho por pensar)

Si preguntás voy a responder.
Honestamente.
No voy a poder evitar ser
un poco ambigua
un poco delirante
un poco irónica.
Voy a intentar, pero quizás no pueda,
sacar, de una vez, esta coraza.
Porque da miedo ser
pero caer
da un poco más de miedo.
En eso lo vivido no ayuda,
lo sufrido entorpece,
menos tenemos (si y sólo si) menos queremos.
Pero yo quiero:
quiero una razón para agrupar palabras
quiero poner en la música argumentos
quiero crecer
y crecer queriendo.
Preguntá nomás
que haré de tripas corazón si es necesario
pero contesto.

jueves, 19 de abril de 2007

Autoboicot

Anoche logre dormir. Mucho. Mis desordenes de sueño son recurrentes así que lograr dormir temprano y sin estímulos (bueno, con la ayuda de una mala peli) es como para contar. Más aún si duermo y sueño. Segunda vez que sucede en el año, así que no da para desperdiciarla.
El tema es que dormí mucho y soñé. La mano venía así, mi compañero de habítaculo cumplía años y había fiesta en su casa. Yo dudé respecto a ir, básicamente por su auto-fama de fiestero, aunque finalmente fui.
Tal como me imaginé la fiesta era de esas fiestas a las que yo no voy, pero por suerte encontré una cara conocida para charlar. Claro, no sólo era una cara conocida. Era, casualmente, el docente más lindo de toda la (mi) licenciatura (hay encuestas que avalan mis dichos!). Y digo era no porque ya no sea tan lindo sino porque llegó alguno más lindo aún, pero ese comentario realmente no viene al caso.
La historia que si viene al caso sigue así. El chavón me sorprende con su conversación, el resto de la gente comienza a molestar y terminamos en un bar hablando de la vida y de un poeta francés de quién él podía recordar, aumentando mi interés y mi sorpresa, textos completos y en idioma original. Y por más tonta que una sea, si la charla se vuelve íntima e incluye versos en francés, ...bueno da para esperar algo.
Ese, exactamente, es el punto. Como venía la mano daba para terminar teniendo una historieta muy física con el físico, explorar unos cuantos límites hasta converger, llegar a casa con una sonrisa boba y al otro día hablar con V. (por dar un ejemplo) para contarle que había cumplido con la fantasía colectiva. De hecho, era mi sueño (y lo había hecho recitar en francés!) por qué tendría que haber pasado otra cosa?.
Bueno, ni idea. Pero la charla íntima se puso muy íntima y el loco me terminó contando que hacía muy poco, y en medio de muchos quilombos, había asumido que era gay. Si, así como lo cuento. En mi propio sueño, el más bonito, el del la voz como Cerati, era gay!.
No es justo, no es justo y no es justo. Ni que una no tuviera líbido, vio?. No hay caso... no es justo.

Si ya sé... no era él. Pero bueno, podría haber hecho una excepción, no era más que un sueño y yo no soy tan ortodoxa. Y en lo que a él se refiere... ni siquiera en sueños.

En fin, hoy me crucé al loco. Estaba depierta (por suerte). Lo miré irse y, definitivamente, podría ser gay. Digo, para autojustificame. Lo único que espero es que deje de causarme risa verlo irse.

Advertencia

Como nadie tiene conciencia del "control" de los manuscritos, y aún de existir dicha conciencia, ésta no intervendría en mi obra, sino como referencia simbólica a la licitud de la temática, propongo que se olvide cada palabra a medida que ella se lea.

ZAGUAN

Pasan los euclidianos
satisfechos de su mérito.
Pasan los atormentados platónicos.
Los adormilados y hasta los imbéciles.

Todos consumen sombra y contornos.
Los veo partirse desde mi boca fresca.
Luego, uno de ellos tira del hilo y dice:

- ¡Pasan tiempos irreales!

Spinetta, en "Guitarra Negra"

martes, 17 de abril de 2007

Lo importante

El bondi, como siempre. Y yo venía pensando que, pese a la lluvia, me vendría más que bien parar un toque y charlar una cerveza con alguna de esas pocas personas que una sabe que le hacen bien. Porque, bueno, la semana pasada fue muy complicada, el último finde un verdadero desastre y si bien le estoy poniendo pilas (y una buena dosis de rock nativo: "...cuando subiste a mi tren?... que yo no te vi") se está poniendo duro remontar esta "nueva" semana.
Pero es cierto, tengo mil cosas que hacer. Hoy y mañana. Hay que levantarse temprano y -más difícil todavía- estar despierta, así que birra y charla quedarán para otro día. U otro, quién sabe.
Ando ganas de charlar. Divagar sobre el todo y sus partes, por ejemplo. O continuar la charla con G. -le conté el finde en dos minutos, nos reímos durante tres minutos más y me encantó que nos pudieramos reír de esas cosas-. Pero será otro día. U otro, quién sabe.
En eso estaba pensando. Llego a casa y, casi por costumbre, levanto el fono. La mina que vive en el *124 dice que tengo mensajes, aprieto 1 y estaba la voz, inconfundible, de La Flaca. Y la verdad, me pegó. Fuerte.
Estaba por decir que lamentablemente no puedo responder el mensaje (la última vez que supe de ella estaba en Valencia, vaya una a saber por dónde anda ahora) pero la verdad es que si pudiera responder no sería ella. Y ella es importante, así que mejor así.
La Flaca es "mi amiga hippie" (pero de verdad, eh). Tenía 13 años cuando la conocí, ella era enorme, tenía 16. Habló en una asamblea y me impactó. Era una mina, a una altura de la vida en las chicas son todas pendejas. No me hice cargo del impacto, pero lo cierto es que empezamos a coincidir en reuniones y opiniones. Después nos conocimos un poco, después nos conocimos más y después fuimos amigas. Muy amigas.
Aprendí mucho de ella. Y no sólo a repujar cuero, armar trenzados o urdir telares. Me regaló un tdk de 60 con Artaud!... me pasó poesías de Apollinaire!... La Flaca, la que decía (y ejecutaba) que una cosa es fumar marihuana y otra cosa es comprarla, la que en pleno auge del menemismo armó una casa comunitaria en Gorina, la que leyó todo, todo lo que se me pueda ocurrir y todo le sirvió para crecer. La que crecía simpre, sin parar. Y la que ofrecía, dale, vamos a crecer juntas (crecer juntos! ¿hay algún ofrecimiento mejor que ese?). La que se fue en algún momento y no llegué a extrañar nunca. Por que esta ahí. De alguna manera se las arregla para estar ahí, pese al tiempo y la distancia.
La última vez que supe de ella fue a fines del 2004. Tiempos duros si los hubo. Tiempo de confusiones, de buscar y no encontrar y volver a buscar e intentar saber quién era yo, quién mierda era yo. Llega una carta, muy corta, con un poema firmado por ella y una remera de Pescado Rabioso.
Después nada, hasta hoy. Un mensaje, uno o dos minutos, para recordarme que hay que crecer, que hay que buscar, que hay seguir buscando. Para reafirmar que hay sólo dos tipos de personas. Aquellas de las que una se puede enamorar/conocer/nutrir y las demás. Pero todas importan y son parte de una misma. Para recordar que ser honesta, aunque duela y aunque le duela a alguien más, sigue siendo la mejor opción. Que los artilugios que inventamos para disfrazar mentiras con solidaridad siguen siendo artilugios. Qué es díficil decir: yo amo, yo pienso, yo deseo. Pero es lo único que, en el fondo, vale la pena decir.
Y para enfatizar que las mesclas son malas, casi siempre.

viernes, 13 de abril de 2007

No más que el frío del no invierno,
casi al pasar, un cigarrillo.
La ternura de tu voz en el teléfono
la ternura de tu cuerpo arrepentido.
Los ojos de mis ojos. El espejo.
Lo absurdo, en verdades devenido.
La ecuación de hoy y de mañana,
el teléfono, otra vez, y los zapatos
(son sólo los zapatos, no es la cama).
Los días que se empujan en desorden.
Dormir y descreer que haya olvidos

Nene...

Recuerdo claramente una situación de hace mucho, pero mucho tiempo. Una peña del centro de estudiantes, yo, casi una nena, y A., un compañero de marchas y pintadas. En algún momento (después de bailar Redondos, por ejemplo) dijo algo así como "nena, no me histeriquees* más".
Juro, como podría haber jurado en alquel momento, que no tenía la menor idea de que me estaba hablando, lo que sea que haya hecho lo había hecho sin querer.
Pasado el momento de confusión, aprendí algo. Y, claro, a partir de entonces lo practiqué un poco y hasta creo haberlo perfeccionado bastante. Después dejé de usarlo por mucho tiempo pero eso, al fin y al cabo, es otra historia, una suerte de impasse.
Y depués del después, cuando pretendí haber recordado como era, otro flash. No era una cuestión de género!, es más, el juego que se establecía a partir de entender que no lo era estaba bueno, muy bueno. Atractivo y efímero, pero eso también es otra historia.
Hoy (bah! en estos días) entendí que se puede histeriquear sin querer, aún sin ser mujer y sin ser adolescente. En realidad, entendí que me pueden histeriquear sin querer.
Claro, así no hay juego. Pero bueno, estamos grandes... ya no jugamos como antes, casi no jugamos.... Y no bailamos Redondos. Así que no puedo, simplemente, decirle "paremos un toque que me está matando el calor, dale, busquemos un lugar con un poco más de aire... " o, más fácil aún, "querés que haga de cuenta que no te gusto?".
De hecho, creo que lo más adecuado sería que alguien le avise... a mí no me da.



* del verbo "histeriquear", que no encontré en mi diccionario. La verdad es que lo escribí así porque queda más lindo que histeriquiar (aunque así suena)

Cuando sea grande quiero ser feliz

(de Pag.12):

En el Reino Unido, la empresa de formación profesional City and Guilds hizo una encuesta para descubrir cuáles son los trabajadores más felices. El resultado fue sorprendente, porque no estuvo relacionado con la remuneración ni con una vida lujosa. El índice de mayor satisfacción laboral correspondió a los peluqueros. Tres de cada cuatro coiffeurs de Gran Bretaña quieren volver a trabajar después de un día libre. Después vienen los terapeutas de belleza, los cuidadores de niños y los plomeros.

martes, 10 de abril de 2007

y es así...

sin ningún motivo obscuro. De pronto las calles recorridas una y otra y mil veces son bonitas nuevamente. Y una se acuerda de Pángaro y su "no quiero que me olvides, rayo de luna sobre la tres". El mismo otoño, la ciudad de siempre. Pero son esas cosas que trae la ilusión consigo. Así de pronto. Sin reparos, sin condenas, sin prejucios y casi sin juicios. Como siempre, una puede hacerse la tonta pero "¿quién no soñó una vez que la ilusión lo era todo?".
Y por qué no? Si.... ya se porque... Pero no importa. Por un rato nomás.
Mientras tanto la 47 está linda hoy, como siempre. En esa esquina nos encontrabamos con Li y los chicos jueves por medio, comprabamos la cerveza enfrente ¿ves?, en esa cuadra una noche en la que ibamos en muy mal estado (él y yo) nos cruzamos con el prof. de interacción y se me ocurrió conversar (no me voy a olvidar mientras viva!), en ese supermercado, cuando se llamaba distinto, veníamos con los chicos del colegio a robar fibrones para el centro de estudiantes, ¿te conté del centro de estudiantes?... fue hace mucho tiempo... demasiado.
Pero la 47 sigue estando linda, pese a que no haya azahares todavía.

Pegarle a un maestro

Mex Urtizberea
La Nación

Lo sabe un chico de cuatro años, de salita celeste, que ni siquiera sabe hablar correctamente.
Lo sabe un chico de seis años, que ni siquiera sabe escribir.
Lo sabe un chico de doce años, que desconoce todas las materias que le deparará el secundario.
Lo sabe un adolescente de diecisiete años, aunque sea la edad de las confusiones, la edad en la que nada se sabe con certeza.
Lo saben sus padres.
Lo saben sus abuelos.
Lo sabe el tutor o encargado.
Lo saben los que no tienen estudios completos.
Lo sabe el repetidor.
Lo sabe el de mala conducta.
Lo sabe el que falta siempre.
Lo sabe el rateado.
Lo sabe el bochado.
Lo sabe hasta un analfabeto.
No se le pega a un maestro.
No se le puede pegar a un maestro.
A los maestros no se les pega.
Lo sabe un chico de cuatro años, de seis, de doce, de diecisiete, lo saben los repetidores, los de mala conducta, los analfabetos, los bochados, sus padres, sus abuelos, cualquiera lo sabe, pero no lo saben algunos gobernadores.
Son unos burros.
No saben lo más primario.
Lo que saben es matar a un maestro.
Lo que saben es tirarles granadas de gas lacrimógeno.
Lo que saben es golpearlos con un palo.
Lo que saben es dispararles balas de goma.
A los maestros.
A maestros.
Lo que no saben es que se puede discutir con un maestro.
Lo que no saben es que se puede estar en desacuerdo con lo que el maestro dice o hace.
Lo que no saben es que un maestro puede tener razón o no tenerla.
Pero no se le puede pegar a un maestro.
No se le pega a un maestro.
A los maestros no se les pega.
Y no lo saben porque son unos burros.
Y si no lo saben que lo aprendan.
Y si les cuesta aprenderlo que lo aprendan igual.
Y si no lo quieren aprender por las buenas, que lo aprendan por las malas.
Que se vuelvan a sus casas y escriban mil veces en sus cuadernos lo que todo el mundo sabe menos ellos, que lo repitan como loros hasta que se les grabe, se les fije en la cabeza, lo reciten de memoria y no se lo olviden por el resto de su vida; ellos y los que los sucedan, ellos y los demás gobernadores, los de ahora, los del año próximo y los sucesores de los sucesores, que aprendan lo que saben los chicos de cuatro años, de seis, de doce, los adolescentes de diecisiete, los rateados, los bochados, los analfabetos, los repetidores, los padres, los abuelos, los tutores o encargados, con o sin estudios completos:
Que no se le pega a un maestro.
No se le puede pegar a un maestro.
No debo pegarle a un maestro.
A los maestros no se les pega.
Sepan, conozcan, interpreten, subrayen, comprendan, resalten, razonen, interioricen, incorporen, adquieran, retengan este concepto, aunque les cueste porque siempre están distraídos, presten atención y métanselo en la cabeza: los maestros son sagrados.

lunes, 9 de abril de 2007

Qué decir....

"Vos tenés que ponerte tetas", soltó mi compañero de habitáculo, así, como si nada. Te parece? pregunto, pregunta boba, claro, pero pregunto. "Si loca, no porque no estés buena porque sos una de esas minas a las que uno le daría más de una vez, y sin emborracharse. Pero uno te mira, te escucha hablar y piensa que sí, a esta mina me la cogería pero es demasiado inteligente, demasiado segura, demasiado mina. Noooo, a ésta te la cogés y te saca la cabeza". Pero boludo yo no soy así... esbozo tímidamente. "Ah, no? Te estoy diciendo que te cogería y en vez de mandarme a la mierda estás analizando lo que te digo... ¿cómo sos entonces?. En serio, fijate, te ponés unas buenas tetas (el gesto se los debo) , un escote adecuado y bajás el perfil. Yo no digo que dejes de ser así como sos, pero con unas tetas considerables se notaría menos.... Además tenés que reconocer que todo trámite te saldría más rápido. Mirá esa amiga tuya, por ejemplo, (mentira, no es mi amiga) ¿es inteligente?, capaz que si, pero nadie sabe..., tiene buenas tetas".
La verdad... me dejo pensando.

domingo, 8 de abril de 2007

Hay que seguir buscando
compañeros
de eso se trata el camino.
Por los suburbios de la muerte propia
por las calles recorridas tantas veces
reiterando
insistiendo con la búsqueda
de esa luna morena hecha refugio.

Es posible que nos encontremos
y ahí veremos
si nos tocamos o no
y si aprendemos
a mirar el camino con los ojos de otros
de esos otros
que con sus ojos marcan el camino.

Tendremos que explorar muchas veredas,
y verdades,
abrir ventanas y destapar ideas,
volver a las banderas y las flores,
cruzar los dedos, gritar hasta que duela
animarnos a buscarnos y encontrarnos,
porque es así
porque era cierto,
el destino es la búsqueda
es ahí
donde están los besos

(de L.M. hace un tiempo)

martes, 3 de abril de 2007

No creo que sea pedir demasiado

Yo quisiera que el mundo siga más o menos así, pero con finales felices y las cuentas claras.
Que cuando empiece el desierto alguien avise: "este es el desierto, el descanso está después", que cuando una cargue la mochila con anhelos, de esos que pesan tanto como piedras, alguien te diga "todo bien, pero los sueños cuestan aún más de lo que cuesta cargarlos". Si me dijeran eso yo podría responder: ¡No es eso lo que importa!¡no!.
Lo que realmente importa es no saber si, al menos, ya llegamos al desierto, si después de esto habrá un descanso que nos permita sacar de la mochila el racimo de sueños, y contarlos. Y repartirlos. Entre los amores, pocos, y los amigos, tantos. Los desconocidos, miles. Los que vendrán, o fueron, cargados de las mismas mochilas, como piedras.
En el fondo no me estoy quejando (ni creo estar pidiendo demasiado). Sólo quiero saber si hay un después, mientras me ocupo, gris, del mientras tanto.