jueves, 29 de marzo de 2007

Dijo Girondo...

Que los ruidos te perforen los dientes, como una lima de dentista, y la memoria se te llene de herrumbre, de olores descompuestos y de palabras rotas.
Que te crezca, en cada uno de los poros, una pata de araña; que sólo puedas alimentarte de barajas usadas y que el sueño te reduzca, como una aplanadora, al espesor de tu retrato.
Que al salir a la calle, hasta los faroles te corran a patadas; que un fanatismo irresistible te obligue a posternarte ante los tachos de basura y que todos los habitantes de la ciudad te confundan con un meadero.
Que cuando quieras decir: "Mi Amor", digas: "Pescado Frito"; que tus manos intenten estrangularte a cada rato y, que en vez de tirar el cigarrillo, seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones; que al acostarse junto a ti, se metamorfosee en sanguijuela, y que después de parir un cuervo, alumbre una llave inglesa.
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto, para que los espejos, al mirarte, se suiciden de repugnancia; que tu único entretenimiento consista en instalarte en la sala de espera de los dentistas, disfrazado de cocodrilo, y que te enamores, tan locamente, de una caja de hierro, que no puedas dejar, ni un sólo instante, de lamerle la cerradura.

(Yo no podría haberlo dicho mejor)

La noticia de la semana


Te queremos doc!
Se puso on-line y no pude evitar sonreír. Es más, casi digo "hola!" seguido de nada, porque realmente no tenía nada para decir. Nena... no seas tan obvia, pensé. Y nada, no dije nada. Pero cuando él dijo hola volví a sonreír, y aparecieron los temas y hablamos horas y todo eso... Mierda! se suponía que no me iba a pasar esto de nuevo, o al menos no con la persona equivocada.

martes, 27 de marzo de 2007

Llegué a la parada del bondi y miré la hora. Diez de la noche (hace un rato). Así que pasé horas hablando con T. Horas. Un termo de mate en el laboratorio, una cerveza larga en un bar y un buen rato en una esquina. Buscando una definición propia de "ciencia pertinente", buscando preguntas y respuestas. Parece que no podemos estar sin preguntas. Vaya uno a saber que andamos buscando... Pero esta bueno, es mucho mejor que no buscar nada.
Puedo pasar horas hablando con T. Horas. Lástima que no haya demasiadas.

lunes, 26 de marzo de 2007

Una cosa más...

Cuando hay más de una persona, la misma cosa puede ser vista de, al menos, dos maneras distintas. Eso es sabido. Pero hay una condición previa que siempre es real. Existe "la cosa". Su descripción, las palabras que se usen para nombrarla, los efectos que tenga sobre una u otra persona hacen posible que tome infinitas formas. Pero la cosa, está ahí. Es. O al menos siempre creí eso.
Aunque en un marco un poco ambiguo, hubo momentos en que no importaba mucho que era. Cosa era la palabra elegida en muchas ocasiones. “Cosa” decía yo cuando lo que sentía era incuantificable e inadjetivable, “cosa” decía él cuando corría riesgos de volverse un poco cursi, un poco adolescente, un poco vulnerable.
Otras veces si importaba. Cuando él hablaba de "las cosas que vos hacés" yo, ingenuamente, me preguntaba que habría hecho. Estaba claro que su manera de describir lo que yo había hecho no cuadraba con mi propia descripción de nada que yo hubiera hecho, pero aún así, algo había hecho. No había duda razonable. Sólo que no lo veíamos igual, al punto de que nuestras descripciones nos llevaran a no saber de que hablaba el otro. De todas formas se trataba de un problema resoluble. Encontrar descripciones comunes, ni de él, ni mías. De ambos. O al menos siempre pensé eso.
La última cosa que supe de él fue que perdió algo. Nunca supe que. Alcanzó a decirme que yo tuve algo que ver con eso, pero no pudo decirme que era. O yo no entendí. Parece que esta vez la cosa para él era un objeto. A lo mejor ya lo encontró, aunque no lo creo.
La cosa esta vez se lo llevó. Se lo tragó. Era cierto que había un agujero negro en mi habitación, pero por ahí no se iban las cosas. Se fue él. Con todas sus cosas, con las que tiene y quiere, con las que niega tener, con las que niega querer. Todas las cosas que pasaron durante ese final resultaron transformadoras. Como en todo final, quizás. Pero las transformaciones abruptas son cosa seria. O al menos eso me parece, ahora, cuando las cosas están más tranquilas y finalmente, pasan por otro lado.

sábado, 17 de marzo de 2007

la calma

la maldita calma rezongando en la ventana, que no está esquizoide como antes, hoy vomita realidades ignorantes. El silencio que odio con el alma, la misma que usé para quererte, se apodera de la luz, la luna y los acordes del suburbio de dolor y caserones. Tu tiempo, la ternura, los espejos, la voz que ya no está y ya no espero. El silencio y la maldita calma saboreando el delirio pasajero.

viernes, 16 de marzo de 2007

Todas las noches preparamos nuestro día
aunque nunca nos quede terminado
la hora del café tiende los hilos
de la hibridez
que abre las puertas a un jardín
siempre cerrado.
Mito. Yo,
quien bordea el centro de las cosas.
Dicho de frente sería otra cosa:
amo...
y seguiría siendo otra cosa

miércoles, 14 de marzo de 2007

¿Elijo esta música porque estoy mal o estoy mal porque elijo esta música?

Pasó G. por mi oficina. Prendió un cigarrillo y me contó. Escuché en la radio un especial sobre RadioHead, música y recortes de entrevistas. En una le preguntan al chavón cómo se presentaría y el loco dice "soy fulano de tal y soy feliz".
Nada más. Lo miré con cara de asombro, ¿en serio? pregunto. Si, me dice con cara de serio. No puede ser, insisto, y entonces?. Y no sé... si es así, entonces no.

martes, 13 de marzo de 2007

Ni por casualidad

Después de haberme cruzado con la versión del flaco de Tres Agujas, venía seriamente pensando en que estaría bueno verlo (no al flaco, bueno, al flaco también...), ver que onda, saber cómo está, si grabó ese otro tema alguna vez, que se yo... esas cosas. Y de paso, ver que onda yo, saber si todavía aparecía ese temblorcito en el cuerpo (por esos ojos de almendra...).
Y justo, pero justo, iba caminando por 50, yo que siempre llego por 51, y me cruzo con este chavón y lo miro y pienso que era él, no se, no, no era él, no tenía su estilo indumentario, digamos, además él era más alto, si, definitivamente, él era más alto, claro que este chavón tenía su pelo, su nariz, sus anteojos... y que le dolía una pierna o algo así, porque no tenía una postura erguida, a lo mejor era más alto de lo que parecía, y venía caminando y yo crucé como si fuera un peatón más y pasé por al lado sin inmutarme porque justo cuando lo tenía a un metro estaba convencida de que no, no era él.
El tipo dobló la esquina, yo seguí como si nada y después de unos metros pensé, pero mierda, sí, sí era él, ¿cómo no me di cuenta? y miré presurosa hacia atrás pero era tarde... de nuevo.

sábado, 10 de marzo de 2007

La luna no siempre es la misma....

Hace un tiempo conocí al hombre de mi vida. Cierto, no nos llevamos muy bien, pero una cosa no quita la otra. El hecho es que él estuvo ahí y va a ser díficil que lo olvide.
Yo nunca fui buena para hacer regalos. Siempre pienso en algo especial y después por alguna u otra cosa no me sale. Pero una tarde/mediodía (un horario tan nuestro) recuerdo perfectamente que, casi sin querer, le regalé una canción.
Había un parque, árboles y una guitarra y faltaba una canción. Yo suelo tener muchas canciones en mi cabeza (no originalmente mías, se entiende) pero no fue otra, fue esa. A mí me sorprendió un poco no haber tomado otra, pero los ochenta se dibujaron tan claramente en su rostro y la luna... en fin, esa fue. Después él me regaló a mí misma esa canción en su voz, en su viola, "esta siempre es para vos" decía, y yo sabía que era cierto y que ese aire a bossa que le impuso al tema era escencialmente él haciendo(me) música.
La habrá vuelto a tocar? me preguntaba hace poco cuando saque el tema del cajón de los olvidos (o de los tabúes, vaya uno a saber) y me atreví a recordarla.
Es una canción muy bonita, sigue siéndolo, pero bueno, volvió al cajón.
Mirá que hay canciones bonitas... pensé anoche cuando alguien preguntó sihabía escuchado esa versión mientras yo me perdía pensando en un año nuevo juntos que nunca tuvimos pero que merecimos haber tenido... Puedo nombrar decenas de canciones hermosas de nuestro rock, no se, tantas... pero no. Le dieron a elegir entre todas ¡Y el flaco grabó Tres Agujas!!!!!!!!

jueves, 8 de marzo de 2007

Por esta vez

G. sonó convencido. Tenés que armar un blog. Claro, repliqué inmediatamente, así te dejo de mandar esos mails que te dejan mudo por una semana. Y si, ¿cómo se contestan esos mails?. Lo pensé, hasta empecé a hacerlo, pero la verdad es que no me animo, tendría que involucrar a otra gente, que en principio no se si tiene ganas de verse involucrada. Cambiale los nombres y listo. Vamos, te parece que no se reconocerían?. Además existe la posibilidad de que lo lea ... no se, es complicado. Y en eso, el pragmatismo de J. soltó esa frase n veces dicha y n veces ignorada, las cosas no son complicadas, dijo, las complicamos nosotros. Esta vez le voy a hacer caso.