pero a veces se deshilacha, se cae a pedazos. Y una imagen ¡sólo una! nos devuelve a ese sitio donde estuvimos, de donde peleamos por salir y del creímos haber salido hace ya un largo tiempo.
Una imagen, una sola.
Basta para que otras imagenes empiecen a aparecer, en retrospectiva. Y al hacerse presente logren revivirme ilusionada, casi soñadora. Y vuelvo a verme linda, alegre, desviando el mirar buscando su mirada. Y me detienen ahí. Donde creí haberme encontrado. Donde pensé que podía descansar, descansar en sus manos, en su cuerpo, en sus silencios. Ahí justo ahí, cuando todavía lo confundía con la imagen que generé para él. Cuando aún era alto, su voz muy seductora y su sonrisa extraña la puerta a ese futuro lleno de lunas, montado sobre la cuarta cuerda.
Una sola imagen. Y en formato digital
martes, 15 de mayo de 2007
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1 comentario:
¡Cuánta melancolía! ¿No hay nada en el presente que te pueda llevar a una felicidad similar a la de ese momento?
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